¿Eres esa persona que abre la puerta de tu armario y tiene la sensación de estar perdido, sin saber dónde está lo que realmente necesitas? ¿Se tarda mucho en elegir un look, ya que parece que nunca tienes la ropa adecuada para ponerte? Quizás lo que necesita tu armario es recibir una bonita ‘limpieza’, además de una organización más práctica para que todo lo que más necesitas esté a mano.
Y si crees que es necesario contratar a un especialista en el tema, lamentablemente te equivocas. Solo tómate un día para dedicarte a esta actividad y analizar cuidadosamente los ítems puntuados a continuación, que enumeramos a continuación con la ayuda de la Consultora de Moda y Estilo Gaby Beraldo:
1. Artículos que no se han utilizado durante más de seis meses
Para Gaby, las piezas que ya no se usan durante un período determinado, y de las que muchas veces ni siquiera recuerdas su existencia, deben sacarse del armario. ¿Qué tal hacer una donación a los necesitados o ganar dinero extra vendiéndolos en una tienda de segunda mano o en grupos / sitios de desapego? No solo sacará la acumulación excesiva del armario, sino que también podrá dejar espacio para opciones nuevas (y útiles).
2. Piezas que ya no encajan
Cualquiera que haya ganado o perdido peso conoce el dolor de perder un atuendo, especialmente si es uno de sus favoritos. Pero salvarlos para que se conviertan en un objetivo de adelgazamiento, o que juras que algún día buscarás una costurera para ajustarlo no es una de las mejores ideas. A menudo, cuando alcanzas tu objetivo, ya ni siquiera será tan importante para ti, ¡créeme!
3. Piezas viejas o dañadas que ya no se pueden reparar
¿Conoces esa blusa amarillenta, ese pantalón agujereado o gastado y ese collar al que le falta una piedra? Lo mejor que puedes hacer con estas piezas es despegarlas sin pensarlo dos veces: “a veces es más caro reparar que sustituir la pieza por una nueva”, garantiza el consultor.
4. Ropa que no usas porque te sientes incómodo
Muchas veces evitamos usar algunas partes porque pellizcan la piel, porque duelen el pie, o porque nos pasamos todo el tiempo preocupándonos si está mostrando algo más allá de toda medida. Ya que es para evitarlos, ¿por qué tenerlos?
De hecho, esto es algo que hay que tener en cuenta incluso a la hora de comprar: ¡cuanto más cómoda sea la compra, mejor! Lo que nos lleva al siguiente tema …
5. Ropa y complementos comprados por impulso y que no coinciden con tu rutina o estilo
La ropa y el calzado que caen en desuso suelen ser el resultado de una compra impulsiva. No siempre es ventajoso ir al centro comercial en un día de furor o felicidad, o esa semana en la que tu tienda favorita sale a la venta.
La pieza era barata, ok. ¿Pero lo necesitas? ¿Coincide con su estilo de vida o rutina? ¿Todas las alternativas son correctas?
Si una de las respuestas fue «no», lo mejor es dejar la pieza en la rejilla o en la góndola, para que otra persona la compre. Pero si el error ya se ha cometido, corríjalo repitiendo la sugerencia del punto uno.
6. Cajas o bolsas de papel o cartón
La mejor forma de evitar cucarachas y polillas en el armario, los peores enemigos del armario, es evitar la acumulación de embalajes, bolsas y cajas de cartón. «Lo ideal es proteger de la humedad y el polvo tus prendas, zapatos y accesorios más delicados, guardándolos en bolsas de TNT o en cestas de plástico o paja», sugiere Gaby.
7. Ropa y accesorios conservados únicamente por apego emocional.
Ese artículo que cuelga de la percha durante tanto tiempo solo porque alguien muy especial se lo dio puede estar guardado en el lugar equivocado, ¿no crees? Si el valor sentimental es demasiado grande, hasta el punto de no querer deshacerse del producto que no se está utilizando, es mejor incluirlo en una caja de recuerdo, y dejar espacio para lo que más usas.
8. Regalos que ganaste y que no te gustaron
¿Perdiste el tiempo para intercambiar el regalo que no te gustó o que no encajaba? ¡Pásalo!
Por mucho que te rompa el corazón deshacerte de algo que alguien te ha dado con tanto cariño, lo mejor que puedes hacer es ofrecérselo a alguien que más te gusta o necesitas. Además de evitar acumulaciones, puedes hacer muy feliz a otra persona.
9. Elementos duplicados
Tener dos blusas del mismo color, vestidos muy parecidos, varios zapatos idénticos es mucho más una forma de crear volumen en el armario que tener más opciones para llevar. ¿Cuál es la ventaja de tener partes “clonadas”? Quédate con el que más te guste y deshazte del resto de la mejor manera posible.
10. Ese calcetín sin par o sostén sin tirantes
Ya que no vas a usar el calcetín solitario con otro de otro modelo, ¿por qué dejarlo en el cajón? Cuando hagas esa buena limpieza en la cómoda, aprovecha para quitar estas fatídicas piezas sin pares, sujetadores estropeados o sin tirantes, y braguitas anchas, que ya han perdido el elástico. ¡Esta acción te animará a hacer un cambio necesario en tu ropa interior!
¿Ves cómo no es tan difícil poner orden en el armario y hacer todo más práctico, sin acumulaciones? De hecho, un último consejo de Gaby -y muy importante- no solo para organizar los guardarropas, sino también para garantizar la durabilidad de las piezas: “De forma esporádica, pon tus prendas de piel o tejidos más gruesos, como lana o cachemira, para llevar aliento. Y durante la temporada más calurosa, cuando estas piezas casi nunca se utilizarán, guárdelas en un embalaje adecuado, en una parte del armario menos usado ”.
¿Señalado? Entonces, ¿qué tal aprovechar el ambiente de renovación que siempre aparece a fin de año y hacer un súper desapego en el vestuario? ¡Súbete las mangas y ponte manos a la obra!